viernes, 12 de agosto de 2016

Birán será una fiesta

Birán -el pueblo donde nacieron Fidel y Raúl Castro- se prepara para celebrar el próximo 13 de agosto el 90 cumpleaños del exgobernante en medio de un aumento de las visitas a la antigua hacienda familiar que desde 2002 solo funciona como museo.

La casa solariega

En lo que va de año la finca natal de los Castro, ubicada en la provincia oriental de Holguín, a unos 800 kilómetros de La Habana, ha recibido ya a unos 22.000 visitantes (9.000 de ellos extranjeros) frente a los 27.800 que llegaron a lo largo de todo 2015.

Un “incremento sustancial” motivado por el 90 cumpleaños de Fidel Castro, efeméride que el poblado de Birán aguarda con “mucha expectativa”, según Lázaro Castro, el director de la finca-museo, quien cree que este 13 de agosto se superará la cifra de 2.000 visitantes solo en la jornada.

Al igual que en el resto de la isla, el 90 aniversario del expresidente cubano -retirado del poder desde 2006- ha comenzado a celebrarse ya en Birán con diversas actividades en los últimos meses, entre ellas una exposición de 35 fotografías -algunas inéditas- de la infancia, adolescencia y juventud de Fidel Castro.

Los porongos cultivados por la familia

El considerado en Cuba como “Sitio Histórico de Birán” -y declarado Monumento Nacional en 2008- está preparando, entre otras actividades, la apertura de un proyecto de senderismo a la cercana Loma de la Yaya, en homenaje a la pasión por el montañismo que Fidel Castro comenzó a practicar de niño en su localidad natal.

La historia del poblado de Birán se remonta a noviembre de 1915, cuando el gallego Ángel Castro Argiz, padre de los Castro y antiguo soldado del ejército español, compró la entonces llamada finca de Manacas, de 268 hectáreas, que en las décadas siguientes fue ampliando con la compra de los terrenos colindantes hasta hacerse con una hacienda que en 1950 llegó a tener 12.896 hectáreas.

Ese emigrante gallego de origen humilde llegó a convertirse en Birán en un próspero terrateniente dedicado a negocios como la extracción maderera; la producción de caña de azúcar -que vendía a las empresas estadounidenses Warner Sugar Corporation y Miranda Sugar State-; la ganadería y la explotación de una mina de cromo y manganeso de la zona.

Aunque el lugar ya estaba habitado desde mediados del siglo XIX, la llegada de Ángel Castro y el desarrollo de la finca incrementó el número de pobladores y colonos en torno al batey, fundamentalmente inmigrantes procedentes de otras islas antillanas como Haití, Jamaica o Barbados, así como algunos emigrantes españoles o cubanos procedentes de otras provincias de la isla.

Además de la casa familiar donde nacieron los siete hijos de Ángel Castro y su segunda esposa, la cubana Lina Ruz (Ángela, Ramón, Fidel, Raúl, Emma, Juana y Agustina), la finca llegó a contar con un pequeño cine, un recinto para las lidias de gallos, una casa de huéspedes, un restaurante, un matadero y su carnicería, una estación de correos y telégrafo, bar, billar, farmacia-enfermería, panadería y una fábrica de quesos. También una pequeña escuela construida en 1920 y que funcionó hasta 1961: en ella se conserva el pupitre donde en 1930, con cuatro años de edad, Fidel Castro comenzó a asistir como oyente para aprender a leer y a escribir.

En la actualidad la finca-museo no está habitada y ocupa una extensión de 28,6 hectáreas, donde se conservan 11 de las 27 instalaciones primigenias que se levantaron bajo el patriarcado de Ángel Castro. La instalación incluye el panteón familiar donde reposan los restos de Ángel Castro y Lina Ruz; los abuelos maternos de los Castro, Dominga y Francisco; y la hija mayor de los Castro Ruz, Ángela.

En Birán, Fidel Castro “tuvo la oportunidad de ser un niño abierto”, explicó a Efe el director de la finca-museo, quien destacó que los hermanos Castro a pesar de ser hijos de un terrateniente poderoso e influyente, se relacionaron en su niñez y adolescencia con “personas muy humildes” como los colonos, los inmigrantes antillanos, y los trabajadores y campesinos de la finca.



“Todo eso ayudó a ver como vivía la gente, cómo pensaban…” -según Lázaro Castro, en referencia a la influencia de Birán en la trayectoria posterior de Fidel Castro- “El polígono de preparación de toda la situación revolucionaria que vino después fue este lugar”- destacó.

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(Soledad Álvarez/ EFE)

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