sábado, 1 de octubre de 2016

Nuntio vobis gaudium: non habemus papam!

Amanecí hoy con un grave problema existencial: Francisco I no vendrá a Argentina -ni a Uruguay, por lógica- ni en  lo que resta de 2016 ni en 2017. ¿Causas? Agenda llena.



Confieso -y quienes me conocen saben que de católico yo nada, aunque admire a Jesús como referente religioso y a la iglesia como depositaria de tesoros (linguístico, aquictectónico, filosófico, ritual más o menos adaptado, etc.) - que alguna vez me cayó simpático don Jorge Bergoglio. 

Ya no más. Me resulta un señor poco paternal hacia la discrepancia y un atizador de conflictos en Argentina, su país de origen, por lo que mi simpatía se disolvió como el rocío de la mañana, para emplear una metáfora bíblica.

Lo lamento por su grey, a la que como pastor debiera amparar sin inmiscuirse en temas que poco son de su misión, aunque reconozco que desde su comienzo como tal la iglesia olvidó la sentencia del Maestro de "dad al César lo que pertenece al César, y a Dios lo que es de Dios", pasando a sumarse al imperialismo más brutal ya que no solo intenta su hegemonía en el mundo, sino que también decide quién puede o debe ir al cielo y quién al infierno.

Por lo pronto, quizá mi angustia ante su falta de consideración me impida dormir la siesta. También considero que este pequeño estado en el que nací, vivo y moriré no puede darse el lujo en estos momentos de gastar millonadas en recibimientos apoteósicos cuando tenemos tantos problemas acuciantes, como lo es por ejemplo, llegar a fin de mes. Seguramente quienes tienen algún conchabito político puedan viajar a él y recibir su sonrisa amplia cuando son zurditos o su carantoña de ofuscatio maxima cuando representan -para su santidad- ese imperio expoliador y abusivo del que él y todos somos parte.

Quindi, arrivederla, santità. Seguiremos como hasta ahora, cumpliendo nuestras ocho o diez horitas diarias para ganarnos el pan esperando que el domingo se nos dé la buena de poner unas chuletas al asador. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario