martes, 8 de noviembre de 2016

Una amiga que crece, y además madura.

Hace pocos años que conozco a Annabella di Pasquale, pero este escaso tiempo de contacto frecuente me ha permitido conocer a una guerrera cuyo temple seguramente le permitirá triunfar en cada etapa de la vida. Compañera ideal para su marido Luis -a quien más se conoce por Mini- y madre de tres varones, Annabella sabe dividirse en sus tareas de tal modo que parecería vivir simultáneamente en varios planos...

Y hoy cumple años. No quiero dejar pasar esta fecha sin hacer constar a esta joven temperamental y afectuosa mi admiración y cariño. Junto a su marido y ella he pasado etapas de mutua contención elaborando duelos, porque la vida y las circunstancias nos ha hermanado y como tal tratamos de sostenernos en pie en algún momento de vendaval. En esas circunstancias es que he podido calibrar su temple, lo que me permite calificarla -aunque sin clasificarla, por ser persona y proceso- en "guerrera".

Entonces hoy, 8 de noviembre, saludo a esta joven mujer que cumple un año más y hago votos para que todo aquello por lo que lucha en la vida junto a su familia sanguínea y espiritual se le brinde con el menor esfuerzo posible, porque en algún momento cambia el viento y puede disfrutar del reposo hasta el más fiero guerrero.


¡Feliz cumpleaños, Annabella! Que Òsun Opárá, la guerrera de oro, te cuide y acaricie por siempre.

Ki lo mí Opárá, ki lo mí Ìyápondá.
Rewé, rewé, rewé, ki lo mí Opárá.

(No confrontes conmigo, Guerrera de Oro; tampoco con la Madre de Ìpondá. Juntas, juntas, juntas ambas, sin luchar contra mí)

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